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Estudiar Teología en la escuela de San Dionisio Areopagita

El Instituto de Ciencias Religiosas Asidonense tiene como titular a San Dionisio Areopagita, Patrón de la Ciudad de Jerez. Cuando Alfonso X el Sabio reconquistó la ciudad musulmana de Sherish, el 9 de octubre de 1264, incorporándola al Reino cristiano de Castilla la puso bajo el patrocinio del santo del día según el calendario litúrgico romano. En el siglo XIII, el nombre de San Dionisio Areopagita agrupaba a tres personajes que la historiografía ha ido después separando: el discípulo convertido por San Pablo en el areópago de Atenas, el evangelizador de la Galia y primer obispo mártir de París y el autor de un conjunto de escritos aparecidos en el siglo VI bajo su nombre.

Los escritos atribuidos a Dionisio Areopagita, el llamado Corpus Dionysiacum, son los textos, después de los libros bíblicos, más difundidos en la Historia de la Iglesia, tanto en Oriente como en Occidente. Como haciendo síntesis del periodo patrístico que le precede y de la filosofía platónica en su última versión, el autor del Corpus distingue tres formas de conocimiento que se ponen en ejercicio al hacer teología: el conocimiento por razonamientos discursivos, el conocimiento simbólico y el conocimiento por connaturalidad. A la primera forma corresponde la teología afirmativa, que consiste en el conocimiento de Dios a partir de la escucha e inteligencia de la revelación. A la segunda corresponde la teología simbólica, que consiste en el conocimiento que se recibe y adquiere mediante la participación en los misterios sagrados de la Liturgia. A la tercera corresponde la teología mística, que nace de la unión con Dios fruto de la Gracia.

El estudio académico de la teología corresponde a lo que el Areopagita identificaba como teología afirmativa, la forma básica de aproximación al conocimiento del Misterio de Dios. Sin embargo, para aprovechar bien esta forma básica es imprescindible el trato de comunión que se regala en la participación litúrgica y el cuidado de la vida interior. No se puede estudiar teología como se estudia cualquier disciplina humana. A las personas se las conoce tratando con ellas. Así sucede también cuando se entra en el conocimiento de la Trinidad Santa. Por eso, la teología empieza y termina con la oración, y se saborea estudiando más de rodillas que “con los codos”.

En la escuela de San Dionisio Areopagita se estudia, no para hinchar el entendimiento con la acumulación de información, sino para alcanzar la sabiduría que ordena la vida, fortaleciendo la fe, ensanchando la esperanza y encendiendo la caridad. Siendo la teología un servicio a la fe del Pueblo de Dios, se requiere la comunión cordial y dócil a la Iglesia Católica, en cuyo nombre se enseña y aprende en esta escuela de San Dionisio. 

José Rico Pavés, Obispo de Asidonia-Jerez.